Obras del mural
Título: "Antes"
Autora: Li Briceño
Técnica: acrílico s/lienzo
Medidas: 40 x 40 cm
Año: 2009
Título: "Después"
Autora: Li Briceño
Técnica: acrílico s/lienzo
Medidas: 40 x 40 cm
Año: 2009
Título: "Antes"
Autora: Li Briceño
Técnica: acrílico s/lienzo
Medidas: 40 x 40 cm
Año: 2009
Título: "Después"
Autora: Li Briceño
Técnica: acrílico s/lienzo
Medidas: 40 x 40 cm
Año: 2009
Obra formato Grande
Título: "Transmutãtum" (díptico)
Autora: Li Briceño
Técnica: acrílico s/lienzo
Medidas: 200 x 180 cm
Año: 2009
“Me siento en la necesidad de la esperanza…”
…siento: acto de sentarse en una silla, banco, etc., de manera que quede el cuerpo apoyado y descansado.
…siento: experimentar una impresión, placer o dolor espiritual.
…necesidad: impulso irresistible que hacen que las causas obren infaliblemente en cierto sentido.
…necesidad: todo aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir.
…esperanza: estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
…esperanza: virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.
Lotería: juego público en que se premian con diversas cantidades varios billetes sacados a la suerte entre un gran número de ellos que se ponen en venta.
El doble sentido de “Me siento en la necesidad de la esperanza” obedece a la observación del cómo se articulan el acto de sentarse, el de sentir, el de la necesidad, y el de la esperanza, con la silla( cuya finalidad es servir de asiento a una sola persona) y la lotería, convirtiéndose esta última en un medio de invocación.
La lotería está en nuestro país mucho antes de que yo naciera, por lo tanto crecí escuchando hablar de ella y cuando tuve edad para hacerlo, también compré lotería, ganando y perdiendo, tentando a la suerte y dejando volar la imaginación.
Existen en nuestro medio una serie de maneras para escoger el número a comprar, la fecha del cumpleaños, el día del matrimonio, la edad, la terminación de la placa del carro, la suma de los números de la cédula, la ficha de espera del banco, las alas de la mariposa nocturna, el sueño de anoche, etc., etc., etc., y más etc…, los mecanismos resultan infinitos.
También son muchas las promesas que se hacen, con tal de salir favorecido.
Pero lo que más me llama la atención, es que la lotería deja de ser un juego exclusivo para un grupo privilegiado y se convierte en una probabilidad que no distingue, estrato social, sexo, raza, religión, nacionalidad…, propios y extraños se dejan tentar.
Es así como este juego popular transita en el tiempo, en una constante contemporaneidad, se inserta como una necesidad transformándose en esperanza, y cuando no se pega, queda el consuelo de “por lo menos ayudé”.
…siento: experimentar una impresión, placer o dolor espiritual.
…necesidad: impulso irresistible que hacen que las causas obren infaliblemente en cierto sentido.
…necesidad: todo aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir.
…esperanza: estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
…esperanza: virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.
Lotería: juego público en que se premian con diversas cantidades varios billetes sacados a la suerte entre un gran número de ellos que se ponen en venta.
El doble sentido de “Me siento en la necesidad de la esperanza” obedece a la observación del cómo se articulan el acto de sentarse, el de sentir, el de la necesidad, y el de la esperanza, con la silla( cuya finalidad es servir de asiento a una sola persona) y la lotería, convirtiéndose esta última en un medio de invocación.
La lotería está en nuestro país mucho antes de que yo naciera, por lo tanto crecí escuchando hablar de ella y cuando tuve edad para hacerlo, también compré lotería, ganando y perdiendo, tentando a la suerte y dejando volar la imaginación.
Existen en nuestro medio una serie de maneras para escoger el número a comprar, la fecha del cumpleaños, el día del matrimonio, la edad, la terminación de la placa del carro, la suma de los números de la cédula, la ficha de espera del banco, las alas de la mariposa nocturna, el sueño de anoche, etc., etc., etc., y más etc…, los mecanismos resultan infinitos.
También son muchas las promesas que se hacen, con tal de salir favorecido.
Pero lo que más me llama la atención, es que la lotería deja de ser un juego exclusivo para un grupo privilegiado y se convierte en una probabilidad que no distingue, estrato social, sexo, raza, religión, nacionalidad…, propios y extraños se dejan tentar.
Es así como este juego popular transita en el tiempo, en una constante contemporaneidad, se inserta como una necesidad transformándose en esperanza, y cuando no se pega, queda el consuelo de “por lo menos ayudé”.
Li Briceño
“Recuerdos de
grande-niña
jugando a
niña-grande”
Un recuerdo que vuela en el tiempo y nos acompaña en el recorrido mágico de la vida, donde se encuentran las largas horas dedicadas al juego, que dejaban de ser medidas por el minutero del reloj y se convertían en sucesión de actividades, donde se iban de una a otra sin orden de entrada ni de salida.
Desde la niñez tenemos a la mesa como aquel objeto cotidiano en el que se llevan a cabo infinidad de tareas, proyectos, situaciones y se convierte en la protagonista que nos facilita el desarrollo de trabajos y placeres, es la mesa la que guarda en muchos casos las vivencias y también las grandes y pequeñas decisiones de nuestro crecimiento.
Es por esto que he querido que sea precisamente la mesa, la que recoja los recuerdos de grande-niña y los exhiba como el más preciado tesoro que guarda en mi corazón los juegos de niña- grande.
grande-niña
jugando a
niña-grande”
Un recuerdo que vuela en el tiempo y nos acompaña en el recorrido mágico de la vida, donde se encuentran las largas horas dedicadas al juego, que dejaban de ser medidas por el minutero del reloj y se convertían en sucesión de actividades, donde se iban de una a otra sin orden de entrada ni de salida.
Desde la niñez tenemos a la mesa como aquel objeto cotidiano en el que se llevan a cabo infinidad de tareas, proyectos, situaciones y se convierte en la protagonista que nos facilita el desarrollo de trabajos y placeres, es la mesa la que guarda en muchos casos las vivencias y también las grandes y pequeñas decisiones de nuestro crecimiento.
Es por esto que he querido que sea precisamente la mesa, la que recoja los recuerdos de grande-niña y los exhiba como el más preciado tesoro que guarda en mi corazón los juegos de niña- grande.
Li Briceño
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